UN HOMENAJE A LA MÚSICA BRITÁNICA INICIA LOS COMMUNITY CONCERTS
Querido público,
Un curso más, Iberian Sinfonietta ofrece una programación estable en el Palacio de la Paz de Fuengirola, una maravilla, en la que a través de estas citas en los meses impares del curso profundizaremos en repertorios clásicos, muchas veces desconocidos o que “recuperamos” pero que tienen toda la calidad y no el requerimiento que debieran. Estos repertorios clásicos convivirán con estrenos de compositores actuales, dando prueba del compromiso de este proyecto con la música clásica actual y con el mundo de los compositores en activo. Son siempre, como saben, momentos muy particulares y emotivos, pues juntos, el auditorio y el compositor disfrutan por primera vez de el regalo que es toda composición.
En esta ocasión, y con la reciente muerte de la Reina de Inglaterra, emparentada con la familia Real española, como saben, entendíamos que era un momento perfecto para recordar a los grandes compositores de ese país. Son días de mucha información en torno a Inglaterra y creemos que el contexto es una oportunidad para una mirada en este momento a la música y a los compositores británicos. Además, y en el sentido de lo expuesto anteriormente, el Concierto, este primer concierto que ofreceremos el sábado 17 a las 19:00h en el Palacio de la Paz, comenzará con un Estreno, pero de él, Dimensiones y del padre de la criatura, Sergio Pastor González, hablaremos en la próxima entrada de este blog. Hoy, nos centramos en la parte británica de nuestra propuesta.
Los cuatro compositores programados para el Concierto del próximo sábado 17 de septiembre son los cuatro compositores contemporáneos más importantes. Antes, hubo muchos más, especialmente en el Renacimiento y Barroco, donde Inglaterra brilló con luz propia en el mundo musical. Comenzaremos con Edward Elgar, y un precioso Adagio para cuerdas que tituló elocuentemente “Suspiros”. Es una obre breve, dedicada a su íntimo amigo y violinista Billy Reed, una de las personas que tocaron en el funeral de la esposa de Elgar. Ambos compartían dudas y conversaciones musicales, y un ejemplo de su mutua admiración es esta breve y delicada pieza que nos sumerge en la parte británica del Concierto, la orquesta de cuerdas y el arpa, creando una atmósfera tan especial.
Le seguirá una obra de Gustav Holst, St. Paul’s Suite, un conjunto de cuatro alegres danzas en las que el espíritu de la Inglaterra de entreguerras se percibe perfectamente. Es una pieza que dedica Holst a la escuela que dirige, y en la que se transmite el ambiente de escuela de música, vivacidad y animosidad.
El Concerto Grosso de Ralph Vaughan Williams, tiene en cambio un marcado aire popular, lejos de lo académico, recrea músicas populares de las que Vaughan Williams era un enamorado. Es una obra dividida en cinco movimientos y en las que la disposición de la orquesta de cuerda es muy particular y llamativa, con un solista “avanzado” y un músico “principiante” al que se le daba la oportunidad de intervenir en la pieza. Una delicia de obra.
Terminará el Concierto con Simple Symphony de Benjamin Britten. Una de las figuras musicales británicas más importantes del siglo pasado. Nació solo unos años antes que la Reina Isabel y siempre ha disfrutado de un éxito y prestigio musical por su calidad y también por su interés didáctico en acercar la música a los más jóvenes y al nuevo público. En esta ocasión, la "Sinfonía Sencilla", que se presenta en 1934, se crea a través de melodías que recoge Benjamín en torno a 1925-1926, año en que nace la Reina, por lo que entendemos que es una bonita forma de llegar al final de nuestro concierto, recreando la Inglaterra de los años 20 (pero los 20 de hace 100 años!).
Para no perdérselo...
Jorge Rodríguez Morata
Coordinador de contenidos pedagógicos