LA 'SUITE HOLBERG' DE EDVARD GRIEG: UNA MIRADA AL BARROCO DESDE UN PRISMA ROMÁNTICO

LA 'SUITE HOLBERG' DE EDVARD GRIEG: UNA MIRADA AL BARROCO DESDE UN PRISMA ROMÁNTICO

Querido público:

Publicamos nuestra última entrada antes de la cita que tenemos el próximo sábado 16 de marzo a las 19:00 en el Palacio de la Paz de Fuengirola. La dedicaremos a una obra importantísima en el repertorio del genio noruego Edvard Grieg, su célebre Suite Holberg, Op. 40.

Grieg vivió entre 1843 y 1907 y es considerado el máximo representante de la música clásica noruega. Además de compositor, fue director de orquesta y pianista. Gran parte de su producción se centró en canciones, música incidental y piezas para piano que rescataban el folclore de su país. En 1884, Grieg recibió el encargo de componer una obra para conmemorar el segundo centenario del nacimiento de Ludvig Holberg, escritor danés-noruego del siglo XVIII conocido como el "Molière del Norte". Por ello, esta suite fue bautizada con su apellido. Originalmente, la compuso para piano solo, siendo posteriormente orquestada para orquesta de cuerdas.

La suite consta de cinco movimientos basados en formas de danza barroca: praeludio, sarabanda, gavota-musette-gavota, aire y rigodón. Sin embargo, Grieg quiso darle un toque personal y plasmar su estilo romántico. De esta manera, combina el espíritu de la época de Holberg con elementos musicales del siglo XIX. Esta fusión de estilos es lo que hace única a la "Suite Holberg". Aunque está escrita en un lenguaje neoclásico propio del siglo XVIII, el carácter romántico de Grieg se filtra en la ornamentación melódica, la armonía cromática y su delicado uso de la dinámica. La obra ha pasado a la historia como uno de sus mejores trabajos y un claro precedente del neoclasicismo musical del siglo XX, al tiempo que da muestra de la genialidad de Grieg para sintetizar épocas y recrear el espíritu del pasado desde una perspectiva moderna.

Es difícil señalar un solo movimiento como el más destacado de la suite, dado que cada uno aporta algo diferente y destaca por méritos propios. Sin embargo, si hubiera que elegir, diría que el movimiento que suele causar mayor impresión en los oyentes es el Praeludio inicial, el cual tiene un carácter jovial y de gran energía desde el principio. Grieg logra captar la atención del público con este movimiento y crear una sensación de optimismo y buen humor que sienta las bases de lo que seguirá. Su ritmo vibrante y su textura policromática lo hacen muy efectivo. Dentro de una estructura clásica y elegante, Grieg exhibe aquí toda su habilidad para la ornamentación melódica y el contrapunto. Presenta ideas musicales que serán desarrolladas en movimientos posteriores de forma sutil.

Para no perdérselo.

Jorge Rodríguez Morata
Coordinador de contenidos pedagógicos.

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