EL VIOLONCHELISTA CRISTÓBAL PRIETO ORTíZ NOS HABLA DE 'SILENT WOODS', UNA PEQUEÑA JOYA ALGO OLVIDADA

EL VIOLONCHELISTA CRISTÓBAL PRIETO ORTíZ NOS HABLA DE 'SILENT WOODS', UNA PEQUEÑA JOYA ALGO OLVIDADA

Querido público:

Se acerca nuestra próxima cita del sábado 16 de marzo y comenzamos a tener una idea de cada una de las piezas y de los intérpretes solistas que protagonizarán la velada del sábado. Hoy les dejamos una conversación con el violonchelista Cristóbal Prieto Ortiz, que desde su violonchelo hará las delicias del público con su interpretación de una rara joya del repertorio para este instrumento y orquesta, la obra Silent Woods de Antonin Dvorak. Será sin duda uno de los momentos climáticos de la sugerente velada en plena Cuaresma que se desarrollará en el Palacio de la Paz de Fuengirola el próximo sábado 16 de marzo desde las 19:00 h.

¿Cómo nace la opción de participar como solista esta temporada con Iberian Sinfonietta?

En 2021 comienza mi etapa de colaboración con Iberian Sinfonietta a la que he intentado aportar ilusión y compromiso en mi papel de violonchelo principal. En septiembre de 2022 le propuse a su director y alma de esta orquesta, Juan Paulo Gómez, la posibilidad de ir más allá en mi aportación, interpretando una de las obras más cautivadoras que se han escrito para violonchelo y que no es habitual en las salas de concierto, coincidiendo con el criterio que desde el principio ha llevado la orquesta de llevar al público un repertorio menos escuchado pero igualmente de grandísima calidad musical.

¿Cómo afrontas tu interpretación?

Para mí es una gran responsabilidad ser el principal encargado de comunicar esta grandísima pieza al público. Por ello, mi interpretación la he preparado con rigor hacia el compositor y el texto y con mucho estudio individual no sólo de la parte solista sino de las del resto de voces de la orquesta. Me encuentro muy contento, además, por interpretarlo para el público de mi segunda casa ya que, aunque soy natural de Cuenca llevo doce años residiendo en Málaga, y ocho de ellos transcurrieron en Fuengirola como profesor del Conservatorio Profesional “Costa del Sol” (de 2012 a 2020).

¿Qué opinión te merece la obra que interpretas?

Silent Woods (publicado como “Klid” en checo o “Waldesruhe” en alemán) pertenece a un ciclo de obras para piano a cuatro manos titulado “From the Bohemian Forest” compuesto en 1883. El mismo Dvorak, de entre las seis piezas que componían su op.68 escogió esta pieza y él mismo la arregló diez años después para violonchelo y piano en 1891 y su última versión la realizó para violonchelo y orquesta en 1893. Silent Woods no es la obra para el violonchelo más famosa de Dvorak, pues su maravilloso concierto para violonchelo y orquesta en si menor atrae todos los focos de atención en salas de conciertos y conservatorios por su brillantez, virtuosismo y calidad musical. Este concierto, junto a la novena sinfonía “Del Nuevo Mundo”, me acompañaron en mis tardes de estudio del instituto y me traen muy buenos recuerdos. Ya realizando estudios superiores de violonchelo cuando me llegó el momento de practicarlo supuso en mi vida profesional y personal grandes momentos de satisfacción y de transformación a nivel técnico y musical.

Además de mi predilección por Dvorak por su concierto y su sinfonía, cayó en mis manos también durante mi adolescencia un Cd que incluía Silent Woods, interpretada por, nada más y nada menos, que Jaccqueline du Pré al violonchelo junto a la Chicago Symphony Orchestra y Daniel Baremboim en la batuta. Esa pieza me cautivó desde el principio y estoy muy contento de que haya llegado el momento de poderla interpretarla aquí en Fuengirola. Espero que el público disfrute de esos minutos de evocación y mi humilde interpretación pueda trasladarlos hacia ese bosque silencioso donde habita su propia alma.

¿Qué violonchelo utilizaras?

Siempre he tenido predilección por los instrumentos italianos por su timbre directo y aterciopelado. Mis estudios superiores los hice con un violonchelo Claudio Testoni de Mantua, pero hace ya doce años adquirí un magnífico violonchelo construido por Massimo Mura en 2010 para Rafael Ramos, solista de la Orquesta del Teatro Real. Es una suerte poder tocar este violonchelo que goza de un sonido increíble y me permite crear matices muy diferentes siempre con una calidad tímbrica impecable.

Y no menos importante es el arco que hará equipo con mi violonchelo. El arco es el que conecta conmigo y transmite mis ideas al violonchelo. Y los instrumentos italianos siempre han hecho buena pareja con los arcos franceses. En este caso, utilizaré un arco fabricado por el premiadísimo arquetero francés Le Canu en 2006, que es actual compañero de gabinete de expertos arqueteros junto a Jean-François Raffin y Sylvain Bigot.

¿En qué momento te encuentras como solista? ¿Y como chelista?

Actualmente, y tras 17 años desde que acabé mis estudios superiores, me encuentro personalmente en un periodo de madurez técnica y musical. Busco en mis interpretaciones profundidad y valores éticos elevados que muchas veces son inalcanzables a nivel humano pero que la música ayuda a acercarnos un poco a ellos como el Amor, la Verdad, la Templanza, etc. Esta manera de interpretar me llena el alma y me impulsa a seguir interpretando y mejorando mi técnica más que buscar un virtuosismo vacío que solo lleva a valores caducos y
tristes.

Tengo la suerte de poder compaginar mi labor profesional chelística en diferentes facetas artísticas y humanas que me enriquecen como músico y como persona. Por un lado, la docencia como profesor de violonchelo funcionario de carrera desde el 2010 me aporta recordar habitualmente la base técnica y musical necesarias para cualquier interpretación. También, me atrae mucho la música renacentista y barroca, de manera que interpreto habitualmente con el violonchelo barroco en diferentes ensambles.

Pero mi faceta de chelista tiene actualmente tres pilares fundamentales: la música de cámara, el canto y la familia. En la música de cámara aprendes a perfeccionar tu sonido y a escuchar a tus compañeros para conseguir un resultado común; el canto, para mí ha sido un descubrimiento increíble que me ha aportado grandes avances a nivel personal y musical. Quizá mi carrera como barítono solista es lo que más me ha aportado en mi faceta de violonchelo solista: me ha hecho más conocedor de mi cuerpo y de mi sonido, de la expresión y la comunicación con el público.

Y, por último, pero no por ello menos importante, la familia me aporta la alegría continua por disfrutar la vida con los que más te quieren y además te ayuda mucho en el aprovechamiento del tiempo, jajaja.

Muchas facetas pero un mismo fin: disfrutar de la música y hacer disfrutar al público.

Proyectos...

Además, de ayudar a mis alumnos en el Conservatorio “Manuel Carra” de Málaga y seguir como colaborando con Iberian Sinfonietta mi idea es seguir dedicando mi tiempo y mis energías en el área del canto y la música de cámara.

A finales de febrero interpretaré con Escarramán Ensemble un programa con el violonchelo barroco en el Teatro Echegaray, en el que incluiremos dos sonatas de Gabrielli.

En marzo, con el cuarteto de cuerda “Spinto” interpretaremos tres programas diferentes: las cuatro estaciones de Vivaldi en Vélez Málaga, un programa barroco para cuerda y continuo y en la Sala María Cristina de Málaga interpretaremos una selección de piezas del Lago de los Cisnes De Tchaikovsky con dos magníficos bailarines dentro de los conciertos de Candlelight.

Como cantante, en mayo, interpretaré a Aquila en la ópera Julio César de Haendel en el Conservatorio Superior de Málaga

Y mi mayor proyecto es seguir ayudando y guiando a mis hijas lo mejor que pueda en el camino de la vida.

Jorge Rodríguez Morata
Coordinador de contenidos pedagógicos.

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