EL ANACRONISMO DE LA 'SINFONÍA CLÁSICA' DE PROKOFIEV A LA ALTURA DEL MEJOR HAYDN.
Querido público:
Saben que en unos días, concretamente el 20 de enero, tienen una cita con Iberian Sinfonietta. Uno de los alicientes de la velada será la "Sinfonía Clásica" de Prokofiev.
Segeri Prokofiev nació en 1891 en Sontsovka, actual Ucrania. Mostró talento musical desde muy pequeño. Estudió en el Conservatorio de San Petersburgo, donde se graduó en 1915 con excelentes calificaciones. Fue uno de los impulsores de la vanguardia musical rusa junto a Stravinsky y otros compositores. En su estilo, se combina la modernidad con elementos neoclásicos y un marcado humorismo y eclecticismo.
Sergei Prokofiev
En 1918 marchó a Estados Unidos, donde residió durante varios años realizando giras como pianista. Regresó a la Unión Soviética en 1936, aunque fue duramente criticado por el régimen estalinista. Prokofiev compuso obras para todo tipo de formatos, desde el ballet a la ópera, pasando por la música sinfónica. Algunas de sus obras más conocidas son Romeo y Julieta, El amor de las tres naranjas, Petrushka. También son famosas sus 5 sonatas y 7 sonatinas para piano, así como sus 5 conciertos para piano.
Falleció en 1953 en Moscú, siendo uno de los compositores más renovadores y destacados de su generación. Su fama es el resultado de una perfecta y difícil unión entre lo popular y lo culto, lo clásico con lo vanguardista, generando un estilo inconfundible.
Su “Sinfonía Clásica” la compuso entre 1916-1917 como un ejercicio académico basado en las formas clásicas cuando estudiaba en el Conservatorio de Petrogrado, siendo uno de sus primeros éxitos, al igual que su Concierto para violín nº 1. Fue estrenada en 1918 en Moscú bajo la dirección de Aleksandr Gauk. Consta de cuatro movimientos y sigue los modelos de las sinfonías de Haydn y Mozart. Prokofiev persigue aquí el ideal de composición racionalizado sin aditamentos subjetivos.
El primer movimiento, Allegro, siguiendo los patrones de la Forma sonata tradicional, presenta dos temas claramente diferenciados. El segundo, Larghetto, contrasta en carácter con el primero presentando una melodía sencilla y una estructura de rondó innovadora para un movimiento de estas características. El tercer movimiento, Gavota, nos traslada al mundo cortesano francés y de la suite del siglo XVIII con una estructura ternaria más propia del tradicional Minuetto clásico. El movimiento final, Molto vivace, despliega un denso entramado polifónico cargado de numerosos efectos y contrastes dinámicos que dan muestra de una notoria frescura y ligereza temática cuya realización evidencia una gran maestría en la técnica compositiva pese a la juventud del compositor.
La obra está cargada de un riguroso diseño formal y contención emocional donde, pese a su apariencia clásica, los temas y la orquestación denotan la personalidad irreverente de Prokofiev. Contemplando su aparente austeridad, la obra destila genialidad y muestra la ductilidad armónica del compositor, siendo uno de los primeros éxitos de su carrera musical. Es una obra que supuso un giño a la tradición y anunció la futura versatilidad estilística del compositor, alejándose del nacionalismo ruso imperante y siendo bien valorada en la Europa de entreguerras. Revela la capacidad de Prokofiev para absorber diversas influencias y dotarlas de su inconfundible sello personal. Actualmente, sigue ensalzándose como una de sus mejores muestras de dominio de las estructuras clásicas.
Para no perdérselo.
Jorge Rodríguez Morata
Coordinador de contenidos pedagógicos.